UP IN THE AIR:
Una mochila
Una mochila
vacía de
sentimientos.
Up in the Air ( que yo traduciría “Por los aires”) es una desgarradora y dura película de Jason Reitman que, aunque huye del melodrama lacrimógeno, toca el truculento tema de la crisis laboral y el paro, y a través de unos diálogos antológicos y multitud de cuidados simbolismos actuales, compone una obra cercana, conmovedora y nada complaciente con el corazón del espectador. Los protagonistas de Reitman son tiburones (como ellos mismos se autocalifican) que devoran y siguen adelante sin mirar atrás, destruyendo a su paso no sólo dinero, empresas o puestos de trabajo, sino vidas. Las coartan y reducen a su mínima expresión sin remordimientos, atentando con cháchara de autoayuda y consoladoras carpetas contra el orgullo de personas a las que se les dice que ya no son útiles. A ese dúo ejecutivo y ejecutor -formado por Clooney y Kendrick- y que funciona a gran nivel, se les une el aparentemente libre espíritu de una impresionante Vera Farmiga. Los tres están muy bien secundados por un notable elenco de secundarios que se exhibe a través de apariciones fugaces de sorprendente brevedad pero de gran peso dramático. George Clooney explota al máximo sus virtudes y encantos en un papel de frío pero atractivo ejecutivo que le va como anillo al dedo componiendo un trabajo notabilísimo, pero es enfrentado interpretativamente , como hemos señalado, a una mujer de apabullante belleza, Vera Farmiga, misterioso imán que atrae todas las miradas. En la contienda entre estos dos gigantes de la pantalla se cuela irremisiblemente la joven Anna Kendrick, que saca a relucir -pese su reducida estatura física- su tenacidad juvenil y tira de un inconmensurable talento para hacerles frente sin pestañear. Desde el primer minuto los tres enamoran tanto como la propia película, y si bien es cierto que el descorazonador final del film amarga el paladar del espectador-, la película funciona simbólicamente como sátira de nuestro vivir actual. Up in the Air nos habla de la soledad del hombre urbano contemporáneo, del desarraigo, de la frialdad de los multimedia, del abandono de los sentimientos y de cualquier otra ligadura que nos ate al suelo, en una sociedad que fuerza a huir siempre hacia delante y volar por los aires si se quieren alcanzar las metas que marca la ambición propia. Obligándonos a decidir qué queremos dejar atrás y qué cargar en nuestra mochila. Y de tanto aligerar nuestra mochila, acabamos de vaciarla de sentimientos. Unos sentimientos que el protagonista quiere rescatar, echando raíces, pero que en la película se nos hace ver que ya es demasiado tarde para el pobre de George Clooney y que, lamentablemente, la propia sociedad no le deja. Estamos ante una gran aunque amarga película.
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