FUGAZ
Es dueña de mí la noche.
Es dueño de mí el día.
Vivo en la aceptación
de la fugacidad de mi tiempo.
Indiferente ahora
al tránsito de las horas.
Y a dejar rastro alguno
de mi Vida.
Olvidado
en el desierto de la gente.
Muy bueno papa.
ResponderEliminarAsumida ya nuestra fugacidad, no creo que el vuelo de las horas te sea indiferente, ni que tu vida camine sin huella, y menos que te transformes en arena del más vulgar de los desiertos.
ResponderEliminarProvocador!