INTROITO A LA BIODANZA DEL PRIMER DÍA
DEL AÑO NUEVO
2015
Cada vez
más armónico y pujante,
aparece
como un Yo infinito,
íntimo y
emocionante,
en la
amplitud de la sala
el grupo
de danzantes…
Y un solo
Yo inmenso
danza su
dicha en el aire,
vertiendo
y recogiendo
los
latidos de los biodanzantes…
Y
descubro, asombrado,
el inmenso
goce acompasado
de un
cosmos de cuerpos
fundidos y
convertidos en espíritus danzantes…
Carlos d'Ors,
1 de enero de 2015.
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