Lord Byron tuvo un particular magnetismo personal. Consiguió la reputación de no ser convencional, de ser un hombre excéntrico, polémico, ostentoso y controvertido. Muchos han atribuido sus capacidades extraordinarias a cierto desarreglo mental.
Tuvo gran afición por la compañía de animales, como por su perro terranova. Lord Byron quería mucho a los animales, tanto que se asegura incluso que mientras estudiaba en Cambridge guardó un oso en una institución en donde estaban prohibidos los animales domésticos. En otras épocas de su vida tuvo de compañía a un zorro, monos, loros, gatos, un águila, un halcón, gallinas de Guinea, un tejón, gansos, una grulla egipcia y una garza.
La leyenda del oso de Byron es muy curiosa.
Parece ser que en sus años de estudiante en Cambridge, Byron se llevó al campus a vivir consigo a un oso con la excusa de que el reglamento de la universidad sólo prohibía introducir perros. A los pocos días de tenerlo y cuidarlo se produjo una vacante en el aula en dónde él estudiaba.
Byron sacó a su oso de su celda en dónde lo tenía escondido y lo llevó al aula universitaria.
Al entrar, ante el asombro y temor de los otros estudiantes, dijo con toda tranquilidad y parsimonia al catedrático:
- Le traigo al nuevo alumno que va a cubrir la vacante.
Y las risas estallaron incontenibles a pesar de la presencia de la fiera.
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