THE TOURIST: Para empezar el nuevo año hemos visto una glamourosa película, una bonita película, ambientada en París y Venecia, y realizada con elegancia y mucho entretenimiento: un buen remake de la francesa y más interesante El secreto de Anthony Zimmer. Pero lo que destacaría yo por encima de la estupenda realización y las ambientaciones precisas (sobre todo, destacaría las del café, metro y barrio del Palais Royale en París y las escenas en el tren París- Venecia),sobre todo ello sobresale la esplendorosa y esbelta figura, el porte y la elegancia, y esos enormes ojos y sensuales labios de Angelina Jolie: nunca ha estado Angelina Jolie más "divina". Su figura andando por las elegantes rues parisinas o destacándose en la lancha recortada sobre el fondo de los palacetes venecianos del Gran Canal o entrando en el hall del gran Hotel Dieli de Venecia son un goce para la vista. Al margen de ser hoy día una gran actriz, la Jolie se ha convertido en una nueva "Diosa de la Pantalla". Se echaba de menos en el cine de las dos últimas décadas una verdadera Diosa de la Pantalla, como lo han sido Greta Garbo, Anita Ekberg, Sofía Loren, Ava Gardner o Claudia Cardinale. Actrices cuya sola presencia cubre la pantalla y hacen que merezca la pena pagar una entrada de cine para gozar de su presencia y magnificiente belleza, al margen de que la película sea más o menos interesante. Ha surgido una nueva Diosa del Cinema.
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