EL LADRÓN DE PALABRAS, un film que plantea iterrogantes del mundo literario y del escritor.
Esta interesante y original película cuenta la historia de un escritor de éxito ya maduro que ante un auditorio con una multitud de fervientes admiradores lee y presenta su nueva novela The window tears (“Lágrimas en la ventana”) en la que narra cómo un joven escritor escribe una novela en la que cuenta cómo un aspirante a escritor, cansado de ver rechazadas sus novelas, halla en un anticuario de París una cartera en donde encuentra dentro un manuscrito de una novela. Al leerla, descubre que hay una gran novela encerrada en esas páginas (o al menos una novela de éxito). Decide copiarla para impregnarse de sus palabras. Empujado y alentado por su mujer que la ha descubierto en su ordenador y que, fascinada por su contenido, cree que es de su esposo, el joven escritor la deja a leer al director literario de la editorial en que trabaja que, seguro del éxito, la publica. La novela tiene un éxito inmediato y arrollador y se convierte en un auténtico bestseller. Al cabo de unos años el joven escritor se encuentra en un banco de un parque neoyorkino al viejo escritor que había escrito realmente la novela, que le narra lo que en ella sucede y explica que él es el protagonista real de esa novela. Y ello crea una conciencia de culpa y de usurpación tanto literaria como vital en el protagonista escritor joven. En el fondo, el robo de la novela no es más que un símbolo de lo que es el eterno dilema de ser un escritor auténtico y artístico o escribir un bestseller, que es lo que vende y lo que tiene éxito y gusta a la gente.
Lo
interesante de «El ladrón de palabras» es que se plantea con gran habilidad unas
cuantas preguntas pertinentes sobre los secretos de la literatura. ¿El Plagio de
la copia, de la imitación o la autenticidad ante todo? ¿El éxito del bestseller
o la verdad de la literatura como arte? ¿La confrontación con lo real legitima
la obra creativa? ¿Realidad y Ficción pueden tocarse o ser lo mismo? ¿Es cierto
el tópico que dice que la literatura nace con la experiencia, que hay que saber
de lo que se habla para que las palabras respiren de verdad? Son preguntas que
plantea esta película a lo largo de esta novela que son tres historias en una
sola. Pero las tres historias que se nos
presentan en el argumento de esta novela son intencionadamente de lo más “convencionales”
y “tópicas”, típicas de un bestseller y de lo que el público -no degustador de verdadera
literatura – lee.
La
fascinación de lo que plantea la película es que salimos del cine sin saber del
todo si en el fondo es simplemente la plasmación cinematográfica de la nueva novela
(que cuenta otra novela dentro de otra novela) del escritor de éxito maduro
(Dennis Quaid) ante un auditorio de entregados admiradores o si realmente lo
que cuenta ese escritor maduro ante su auditorio le ha sucedido realmente a él
cuando era un joven aspirante a escritor
(Bradley Cooper) y ha plagiado en
realidad ese manuscrito al anciano escritor interpretado por Jeremy Irons. Una
inteligente y original película aunque falta quizá de artisticidad con la excepción de la estupenda banda sonora de Marcelo Zarvos.
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