Marcio CATUNDA
Brasileño cordial, sensible y noblemente agradecido, acepta con sabiduría y humildad los decires poéticos de otros poetas para hacerlos suyos con una originalidad singular y capta muy bien lugares y rincones (Madrid, por ejemplo) y momentos emocionantes de nuestro existir como pocos.
Bendición de la noche
Bendita seas, luz nocturna,
que mi tedio disuelve en su llanura entornada.
Unto mis deseos con tu bálsamo.
Elevo mi plegaria
hacia tus sempiternos destellos,
diosa de los placeres,
infunde en mi alcoba
los espasmos anunciadores del reposo.
Inspírame la suave tregua.
Apiádate de las veladoras de la intemperie.
Propíciame el néctar de los bienaventurados,
la seductora exhalación de tu misterioso azul.
Regálame el sosiego de los párpados.
Bienvenida la noche
que me hace conocer mi propia medida.
Sueño que las estrellas me guían
y la consolación eterniza mi vida.
Alabo a los demonios mansos
de las tabernas y a la luna mágica.
Mientras las nubes se transforman
en imágenes antropomorfas
que se dispersan.
Ohhh, Marcio, qué oración a la Diosa de los Placeres... Me gusta mucho. Está, para mi gusto, llevado con una sutil sensibilidad.
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