Dibujo de Miguel Navía.
GRAN VÍA,
¡no invoco tu nombre en vano!
Ángeles publicitarios y cines abolidos
mar de cristales furtivos y destellos de luces de colores
alumbran rincones ocultos.
Paredes ennegrecidas que el recuerdo decora.
Paredes ennegrecidas que el recuerdo decora.
El hormigón alucinado donde queda el dolor.
Escucho la respiración en las muchedumbres acostumbradas.
En el pie del que sufre y en la mano del que clama.
De seres transgénicos sin destino.
Tú y yo tenemos amaneceres pendientes.
GRAN VÍA,
¡no invoco tu nombre en vano!
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