NIEVE
He venido a buscarte,
Nieve,
para recuperarte
pues te tenía olvidada.
Tú que te habías ido
cuando eras nuestra amada...
Necesitamos tenerte para encontrar
toda la extensión de tu alma
y llegar a la sabiduría de tus abrazos:
alegría de los niños
que juegan con tus bolas blancas,
ilusión de muñecos de nieve
que parece que nos hablan,
vehemente veloz deslizamiento
de esquiadores sobre tus lechos albos...
Desciende, pues,del cielo en la noche callada,
cadenciosa y gélida gruesa llovizna inmaculada
y amanece cual llanuras de sábanas blancas
al abandonar nuestras durmientes almohadas...
Todavía queda en mi retina
el relumbrar de tu suave brillo inmaculado.
Nieve, azucarada, tú que nos traías
el aleluya del invierno sagrado...
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