Rodado en un bello pueblecito de la Toscana, Lucignano, “Copia certificada” es un film culto que trata dos temas: la originalidad en el arte (la copia frente al original) y la crisis de la pareja. Para ello se sirve de un brillante y cautivador relato multilingüe. Es un esfuerzo por parte del iraní Kiarostami de incrustar su discurso en el mundo occidental.Un emotivo relato sobre la naturaleza de las relaciones sentimentales. Una lúcida reflexión en torno al pasado y el futuro del cine. En Copia certificada, Abbas Kiarostami propone un fascinante juego de identidades inspirado en el clásico Viaggio in Italia rosselliniano.
Esta obra maestra nos narra cómo un hombre y una mujer, sin conocerse de nada, avanzan, peligrosamente, a través de una historia en la que, según pasan los minutos, resulta más complicado saber si son dos desconocidos fingiendo una relación de 15 años en horas bajas o una pareja madura en plena crisis que inventa una nueva realidad para salvar su historia de amor. Lo interesante es que Kiarostami nos da las claves para dejar volar nuestra imaginación.
Y como en el clásico de Rossellini Viaggio in Italia (Te querré siempre), esta pareja —ya no importa si auténtica o falsa— es capaz de condensar en apenas hora y cuarenta y cinco minutos las múltiples caras y etapas del amor, de ofrecernos una copia certificada (inspirada en tantas historias reales) de lo que supone construir una relación. Es una copia de las relaciones de pareja; es una copia certificada de todas las relaciones universales entre hombres y mujeres.
Kiarostami establece un juego con el espectador, a la vez que lo hace con sus dos protagonistas, que rayan a gran nivel, Juliette Binoche y William Shimell. La Binoche está espléndida, con una madurez y naturalidad como actriz fascinantes.
Copia certificada no es una narración secuencial llevada al cine, es la obra de un realizador que emplea el lenguaje cinematográfico copiando la apariencia de narrativa clásica para trasladar una atmósfera, una belleza y unas ideas, no solo sobre autenticidad sino también sobre la relación entre un hombre y una mujer.
La habilidad y cautivadora mirada con la que está dirigido este film parece la de un cuento moderno. El peso del filme lo lleva la actriz francesa Juliette Binoche quien en una escena como la del restaurante da una lección de cómo expresar distintas y diferentes emociones sin cambiar de plano. Es magistral también los primeros planos de ella, pintándose los labios y poniéndose los pendientes adecuados para él. El protagonista masculino es William Shimell, cantante de ópera de profesión, y supone su primer papel cinematográfico, pero quien sin tener la experiencia de la Binoche da con su elegante y sobria presencia la perfecta réplica a la actriz.
Copia certificada es una película que aspira a tener y lo consigue plenamente tanto una alta dosis de intelectualidad como de disfrute, y en la que únicamente a través de la interlocución de dos personajes - un escritor inglés y una galerista francesa de antigüedades- y puntuales encuentros con otras personas, intenta elaborar múltiples ideas y sensaciones vitales, algo que logra magistralmente de una forma cautivadora y planteando universales interrogantes. El relato de un domingo cualquiera, tiene momentos de road movie, de comicidad para la sonrisa y de introspección. La cámara se cuela en la vida, los sentimientos y los diálogos de los personajes y la vida y la interlocución de pensamientos y sentimientos se introducen en la cámara. Son de esas películas que fascinan por su manera de estar rodadas y contadas como en su momento lo han sido películas como Al final de la escapada (Godard), Play Time (Tati) o En la ciudad de Silvia (Guerin). Cine puro que da una vuelta de tuerca a las propuestas del Viaggio en Italia de Rossellini (en que se inspira claramente, siguiendo el lema dorsiano de que "Todo lo que no es tradición, es plagio") y avanza revolucionando cinematográficamente los logros de la nouvelle vague de un Rohmer o un Resnais: Obra maestra.