Treseditores
presenta 3 “delicatesen” para gourmets del libro gráfico.
Admiro a las personas que encuentran pronto su elemento ("en el que se mueven como peces en el agua") y se apasionan y entregan su vida por él y en ello. Desde pequeño se vio que a mi hermano Mauricio d’Ors le apasionaba todo lo gráfico (tipo-gráfico, foto-gráfico, cinemato-gráfico, diseño-gráfico, cartelo-gráfico, dibujo-gráfico) y lo editorial. Lo ha demostrado con gran sensibilidad y acierto a lo largo de su vida con proyectos tan interesantes y bellos como sus editoriales (La Fontana Literaria y Nostromo), sus proyectos fotográficos como las exposiciones de grandes fotógrafos en sus galerías de arte fotográfico (Galería A+2 y El escaparate de San Pedro) o su magnífico Blog Fotodiariosinpalabras o su Viaje a Bolivia, y sus numerosísimos y cuidadosos catálogos y carteles para Museos y Centros Culturales. Ayer fue el Acto de presentación de los tres primeros libros en la Librería Rafael Alberti de Madrid de un nuevo proyecto editorial suyo, Treseditores (junto con Adriana Huarte y Carmen Ballvé) que consiste en una serie de deliciosos libritos cuadrados (16 x 16 cms) y 10 dibujos, a doble página y a dos tintas, sin texto sobre lugares emblemáticos de ciudades de España y del mundo, ilustrados por los mejores ilustradores españoles e internacionales actuales. Los tres primeros números corresponden a lugares emblemáticos de Madrid: La Plaza de Cibeles de Juan Berrio, El Rastro de Alfredo y La Gran Vía de Miguel Navia. Son tres deliciosos libritos a modo de “souvenir” artístico que permiten mirar y remirar, evocar y revisitar estos lugares con el sello de estos tres magníficos dibujantes. Son tres libritos muy distintos: el de Juan Berrio, es una alegre y nostálgica Plaza de la Cibeles y alrededores en una gama de deliciosos azules y grises, a modo de historieta de “línea clara” pero en la tradición española pero modernizada de los Sancha, Esplandíu y Eduardo Vicente (como apuntaba muy bien Juan Manuel Bonet en la presentación). El de El Rastro, de Alfredo, es un librito muy de ilustrador, a plumilla en tintas negra y roja, “en cuesta y de cuestas” como las del lugar que ilustra, muy literario, que se detiene mucho en los lugares más emblemáticos pero también en los tipos y gentes que pueblan esta gran “cloaca” de objetos de nuestro vivir que es El Rastro madrileño. El tercero, La Gran Vía de Miguel Navia, es un libro en platas y negros, como si se tratasen de grabados, muy estilo cómic, muy cinematográfico, misterioso, lluvioso y nocturno, y muy elegante y novedoso. Tres delicatessen para gourmets del libro gráfico.
Carlos d'Ors
31 de marzo de 2011
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