jueves, 30 de junio de 2011

VERSALLES, hermoso canto de los desfavorecidos frente a la opulencia versallesca con una estética muy francesa a lo Corot.




Versalles es una hermosa película, dirigida por Pierre Schöller, que, aunque en su mensaje quiere hablarnos de los contrastes entre la opulencia aristocrática del versallesco palacio frente a la pobreza e indigencia de los desfavorecidos, es en su quietud paisajística, en sus árboles, en su bosque con figuras con una bella estética y colorido a lo Corot, un canto artístico más que sociológico en el que los protagonistas van y vienen ajenos a pasados de esplendor.


La historia transcurre en Versalles y París y presenta a Nina y Enzo (conmovedora interpretación de Baissette de Malglaive), una joven madre sin empleo ni familia y su pequeño hijo, con quien duerme en las calles de la capital gala. Caminando sin rumbo ambos llegan hasta Versalles. Allí, en el bosque que rodea al famoso palacio, vive Damien (Depardieu), un hombre que reside en una precaria cabaña alejada de todo. Nina seduce a Damien y pasan la noche juntos. Cuando el sujeto se despierta, descubre que Nina se ha marchado, dejando abandonado a Enzo. Poco a poco, mientras comparten la indigencia, Damien y el niño comienzan a construir un vínculo muy fuerte, como si fueran familia biológica.
Esta película no es una crónica palaciega de usos, costumbres, galanterías y sociología pero sí una encuesta social alrededor de los abismos que este nuevo milenio ha vuelto a abrir entre los favorecidos y los desfavorecidos. La opulencia y la miseria se dan la mano en un trabajo pretendidamente desprovisto de sentimentalismo y acaso excesivamente sobrio que en su tramo central trata de erigirse en alegato social sobre el capitalismo (esa lucha por ser alguien en una sociedad productiva, con todas las contradicciones al respecto presentes) y sobre sus periferias. Dentro de esta dualidad, Versalles pese a ser algo elemental en su descripción de lo que hay más allá de lo aristocrático, lo cierto es que la entrada de la madre y su hijo, ambos vagabundos y parias de la sociedad del bienestar, en la mansión, vida y el mundo cerrado del personaje de Guillaume Depardieu, dota a la película de unos hermosos instantes de una fuerza melodramática incontestable. Aquí el realizador no se deja llevar tanto por las elipsis y sí por la mirada cálida, humana y revolucionaria, por un paisaje interior donde las sombras y las luces, las mismas de esa esplendorosa y corotiana Versalles, acaban conmoviendo. Hermosa película francesa imprescindible para los amantes de la pintura de Corot. .

Juan d’Ors canta la más bella canción sobre la soledad que escuchar se pueda…

Georges Moustaki , como todos sabemos, es un extraordinario cantante y compositor, de raíces griegas porque nació en la Alejandría de Egipto, de lengua materna italiana pero establecido en Francia, que asumirá su identidad mediterránea, sintiéndose en casa en todos los países que envuelven este mar, y a todos los otros adonde ha exportado y llevado su estilo y sus formas musicales. En esta versión de su canción “MA SOLITUDE” ofrecida por Juan d’Ors en su extraordinario Concierto-recital “TIEMPOS” en la madrileña “Casa de Vacas”, el cantante eleva la canción de Moustaki a las más altas cotas de belleza musical, recogiendo no sólo todo el sentir y respirar del cabaret, de los aprés-spectacle, de los restaurants de noche, del ambiente del París al alba, de las terrazas de Montparnasse, y la bohemia de Montmartre, de la magia del canal de Saint Martin, ya contenidos en la bella canción solitaria de Moustaki, recogiendo asimismo la belleza y utopía interpretativa aprendida de la tradición francesa de Brassens, Montand, Greco o Carla Bruni, sino que lo impregna de un emotivo romanticismo y lirismo de aires mahlerianos y schubertianos, acentuados y punteados por la magia de los acordes del violín y la imagen glamourosa de Diana Valencia de irresistible belleza. Y quedan en mi oído para siempre las dulces melodías y los emocionados versos de la más bella versión cantada sobre la soledad que pueda escucharse:
“Pour avoir si souvent dormi ……………………… Por haber dormido tan a menudo
avec ma solitude ……………………………….…….. con mi soledad
je m´en suis fait presqu´une amie ………………se me ha hecho casi una amiga,
une douce habitude …………………………….…….una dulce costumbre,
elle ne me quitte pas d´un pas ……………………. ella no me deja ni un paso,
fidèle comme une ombre …………………………. fiel como una sombra
…Non, je ne suis jamais seul ……………………….. No, jamás estoy solo
avec ma solitude……………………………………con mi soledad. “






martes, 28 de junio de 2011

SIJÉ EN VENECIA. (Texto literario sobre el cuadro).



VENECIA. En el estudio del pintor Rambaud-Valady.


Está anocheciendo.

Octavio de Roméu y Fo caminan en círculo por el estudio de Rambaud Valady. Los otros amigos están bebiendo una birra en unos vasos que hay sobre una banqueta colocada como mesa improvisada. Fo descubre, detrás de un paisaje, un retrato al óleo de una joven desnuda apoyada en una columna que parece Sijé con las góndolas de Venecia detrás.
FO (sorprendido por su descubrimiento): -Mira, Octavio. Es nuestra Sijé en Venecia o al menos se parece mucho a ella.
OCTAVIO DE ROMÉU (coge el lienzo y lo mira con detenimiento):
-Ciertamente, Fo. Es Sijé, la sirenita de la vacación.
Los otros tres hombres y el pintor se acercan a Octavio y Fo, y contemplan el lienzo que sostiene Octavio. Todos forman un círculo en torno al lienzo.
RAMBAUD-VALADY (coge el lienzo, quita del caballete el que estaba pintando y coloca el Retrato de Sijé): -Es una bella muchacha que desde hace varios veranos viene siempre en agosto aquí, a Venecia, a mi estudio para que la retrate. Posa unos días y, luego, desaparece. Pero debe de estar todavía en la ciudad.
AGENOR (se acerca a observar la pintura más detenidamente): -Es una bella pintura. Y el parecido es asombroso.
RAMBAUD-VALADY (con satisfacción y orgullo): -Gracias, joven. Pero esta muchacha es tan enigmática que es muy difícil apresar su alma.
AGENOR (entusiasmado): -¿Y me vendería usted esta pintura?
RAMBAUD-VALADY: -Ce n’est pas possible. Esta muchacha es una especie de musa para mí. Además le he prometido que nunca venderé ninguno de los retratos que le hago todos los veranos. Cuando termina el verano, los llevo a una especie de cámara secreta donde tengo mis obras más queridas.
AGENOR (apesadumbrado): -Claro, entiendo… No podemos llevarnos su imagen, sólo su recuerdo…

Y se dirige a la ventana donde ya ha anochecido completamente y se divisan las aguas venecianas, las luces de San Giorgio Maggiore y un cielo cubierto de estrellas.

lunes, 20 de junio de 2011

CINE Y ESPIRITUALIDAD RELIGIOSA: A propósito de la Revisión de "LA MISIÓN", 1986, de Roland Joffe.










CINE Y ESPIRITUALIDAD RELIGIOSA:
A propósito de la película “LA MISIÓN”.

El pasado domingo, día 19 de junio, vi de nuevo con un grupo de amigos teólogos y poetas peruanos la gran película “LA MISIÓN” que ya me había impresionado mucho en su estreno. Han pasado muchos años desde su estreno (en 1986), pero esta película de Roland Joffe, sigue siendo un buen instrumento para meditar sobre religiosidad y espiritualidad.
Incluso analizar esta película como recurso didáctico para nuestra vida puede ser eficaz, sobre todo a través de alguna de las escenas más brillantes del film, como el diálogo en la cárcel entre Rodrigo (Robert de Niro) y el P. Gabriel (Jeremy Irons). Este vibrante diálogo, la penitencia que se auto-impone Rodrigo en forma de ascensión de las cataratas y el camino hasta que se siente liberado de su pecado, representa un excelente medio para profundizar en temas como el arrepentimiento, la penitencia o el perdón, propios de nuestro tiempo.


La película "La Misión" constituye un bellísimo canto a la Caridad en medio de la sublime Naturaleza.
Señalemos lo que la película nos muestra y nos transmite.
En la pantalla vemos las misiones jesuíticas del Paraguay durante los siglos XVI-XVIII. Primero, el esplendor en la promoción indígena, y después, la caída -con vuelta de los indígenas a la esclavitud-, tras el paso de los territorios a Portugal en 1750. Hermosa y conmovedora película. Los hechos mostrados en la película ocurrieron realmente, en 1756, en la frontera entre Paraguay y Brasil. Junto a las cataratas de Iguazú, los ejércitos español y portugués asesinaron indiscriminadamente a 1.400 indígenas.
La Iglesia, acostumbrada como estaba a disfrutar, sin oposición, de su vasto dominio durante los siglos predecesores, estaba sintiendo cómo su poder disminuía y su posición empezaba a lucir más frágil ante las monarquías, entre muchas razones, por el cambio de pensamiento que, aproximadamente en esa época histórica, ocurrió en la sociedad europea. Tal cambio consistió, en dejar de considerar a la religión como el "ombligo del mundo".
Por lo tanto, la Casa de Dios en la Tierra estaba expuesta a una mayor desventaja a la hora de disputar por poder. De esta manera, las Coronas europeas podían ejercer mayor presión para lograr sus avariciosos objetivos, y La Iglesia, para mantenerse a flote, no le quedó otra alternativa que acceder a las imposiciones imperiales a merced de su propia desmoralización. Una de esas exigencias, consistía en prescindir de las misiones que los frailes habían logrado con titánico esfuerzo en tierras del Iguazú –no sin alegar que existían abundantes quejas de aquellos, por obstaculizar y no colaborar con la causa del Rey–. Esto significaba, para los misioneros, destruir años de "evolución" y dedicación en la "recuperación" de las almas indígenas; significaba demoler un imperio de esperanzas –incluyendo la de los indios–, de amor, de ilusión, que con tanto trabajo había sido construido, cosa que no estaban dispuestos a aceptar dócilmente. Por otra parte, para La Iglesia, al permitir tal acción significaba no perder su estatus, no perder su poder.

Por ello, una de las razones por las que los conquistadores realizaron estas acciones fue porque al ver que los jesuitas estaban cristianizando a los nativos, y de alguna manera, sacándolos del estado salvaje en que vivían, sintieron amenazado el éxito de sus acciones, ya que al estar organizados los indígenas hubiera sido más difícil someterlos.
La confianza que los jesuitas sembraron en los guaraníes fue la base para lograr construir las Misiones en América del Sur. Pero como muchas veces ha sucedido, las buenas obras son destrozadas por afectar los intereses de los económicamente más desarrollados.

En esta película se muestran claros ejemplos de la libertad que como seres humanos tenemos. Los nativos no fueron obligados a seguir a los religiosos, fueron ellos por su voluntad y libertad quienes decidieron contribuir en la construcción de la reducción de San Carlos, guiados por el Padre Gabriel, quien con su fe logró desde la simpatía de los guaraníes hasta el arrepentimiento de Mendoza, tratante de esclavos, quien luego de matar en un duelo a su hermano decide seguir a los jesuitas y, después de pagar por su crimen, unirse a la hermandad. El arrepentimiento también es una forma de demostrar la libertad de conciencia.
¿Cuál es el mensaje religioso y espiritual de la película?
La película comienza cuando la caridad del crucificado es arrojada al maligno torrente del agua, a las mil voces estruendosas del agua del mal. En toda la historia del cine, nunca se había filmado de manera tan impresionante y fascinante la potente caída del agua, las cataratas, el estruendo tremendo de su fuerza. La Naturaleza se convierte aquí en terrible ópera triunfal.

Pero la Cultura vence a la Natura: la música del jesuita Gabriel calma al salvaje. Y el otro hombre (el capitán mercenario de esclavos Rodrigo de Mendoza) lucha noble y esforzadamente, de manera casi angustiosa, con su penitencia, arrastrando hasta la extenuación su pesada carga. Y llora abiertamente, histéricamente, ante el triunfo de su esfuerzo. Y los dos hombres (el jesuita Gabriel y el capitán Rodrigo) se funden en un abrazo; el abrazo de la Misión de la Fe. Vence el noble esfuerzo del arrepentimiento del hombre para purgar su crimen y su pecado.

He aquí que podemos ver cómo la fuerza es “esfuerzo”:


Noble es el que se exige
y Hombre tan sólo aquél
que cada día renueva su es-fuerzo.

Y el milagro de la inteligencia y de la voluntad del hombre construyen la Misión de San Carlos, la Misión de la Fe. Fe en Dios, pero también fe en la vida y en el hombre.

Pero si la Naturaleza es terrible, más terrible es la maldad del hombre; maldad que destruye la Obra Misional. La Obediencia siempre ha de tener razón: por encima de la Verdad, del Bien, y de la Justicia. Y llega la destrucción.

Pero la matanza, el fuego destructor y la muerte no pueden vencer a la Cruz, a la Vida Eterna. Y ya no hubo en la tierra selvática, que ya empezaba a volverse humo, ningún muerto más: un cielo nuevo y unos árboles nuevos abren la puerta a una luz, la luz de la Esperanza. Vuelven a aflorar la música (el violín que flota en el agua) y la inocencia del niño. Y ya no volvió a caer más lluvia porque el cielo era nuevo y la selva también.

Y fueron vistos los muertos delante de Dios y fueron juzgados según sus obras. La película acaba, pero no tiene fin. Y no tiene fin porque “los gloriosos muertos siempre serán los vivos.”

ETERNAMENTE.

miércoles, 15 de junio de 2011

PEQUEÑAS MENTIRAS SIN IMPORTANCIA, honda radiografía de las miserias y bondades de las relaciones y reacciones de hombres y mujeres en la cuarentena.







PEQUEÑAS MENTIRAS SIN IMPORTANCIA, honda radiografía de las miserias y bondades de las relaciones y reacciones de hombres y mujeres a los cuarenta.


Es una de esas películas que -parodiando su título- no parece que tenga un tema de mucha importancia, con un planteamiento sencillo pero que cala muy hondo porque refleja con mucha pericia y maestría las miserias y bondades de las relaciones de hombres y mujeres en la cuarentena.

Se trata de un grupo de amigos que tiene la costumbre de reunirse en sus vacaciones de verano. Y este verano, a pesar de que uno de ellos sufre un accidente en París unos días antes de partir (magistral el comienzo del inesperado accidente en moto del amigo en las calles del amanecer parisino después de pasar la noche en una discoteca y de la posterior visita con la “máscara de la amistad” de las mascarillas al hospital), deciden no romper esta tradición. Ya en la playa, sus contradicciones afloran y su amistad se pone a prueba. Juntos se verán obligados a convivir con esos pequeños obstáculos, manías, contradicciones, dudas y egoísmos personales aparentemente sin importancia que se producen en el convivir diario pero que son los que obstaculizan o también en algunos casos nos pueden hacer fortalecer las relaciones humanas personales. Magnífica esta película de Guillaume Canet: el secreto de su calado es una extraordinaria interpretación actoral en la que todos los actores son protagonistas en un determinado momento y secundarios del protagonista en el momento que corresponde y con un reparto coral extraordinario desde el primer actor hasta el último. Es una de esas películas en la que te sumerges sin darte cuenta, y, a veces, ríes; y otras, lloras, y muchas, te compadeces del protagonista en escena y que se te hace corta (a pesar de su larga duración más de dos horas y media). Destaca sobre todo la magnífica radiografía que hace de los hombres (infantiles, obsesivos, ligones, románticos, infieles, inmaduros, inestables, inseguros aunque poderosos en apariencia pero temerosos en la realidad), aunque el personaje femenino de Marie (Marion Cotilliard), con sus dudas, inseguridades y veleidades y la consecuencia de un inesperado embarazo esté muy bien dibujado. Hay escenas magistrales aparte de las primeras citadas, como la de la mujer del fisioterapeuta Vincent corriendo por la playa para desahogarse de su falta de sexo, la de los dos amigos encallados en el barco en medio del mar, o la del llanto de Marie tras descubrir su embarazo a su amigo y el posterior abrazo entre ambos, y, pese a un melodramático aunque emocionante y emotivo final en el entierro del accidentado con arena de la playa sobre la tumba incluida, es una de esas películas que te gustaría que no acabara nunca porque es “como el vivir mismo”. Una película generacional (los hombres y mujeres a los cuarenta) pero que plantea cuestiones universales- que nos pasan a todos en mayor o menor medida- y en las que todos podemos vernos reflejados y que nos cala en lo profundo de nuestra psique.

¿Estamos ante la aparición de un nuevo gran director? La veta abierta en esta película así lo puede predecir e indicar.