miércoles, 28 de noviembre de 2012

¿PERO QUIÉN DEMONIOS SON " LES FERNET'S"?

Alfredo Coviello, maestro de ceremonias de LES FERNET'S

El sábado pasado disfruté (mucho), en la SALA LA MADRILERA, asistiendo a un espectáculo humorístico-musical, de un grupo llamado Les Fernet’s, compuesto por cuatro componentes, grandes actores y cantantes, Pablo Barone, José Ramón Espinosa, Diego Nicolaus y, como maestro de ceremonias, Alfredo Coviello.  

 El espectáculo pretendía ser una parodia de Les Luthiers, aunque con semejante ingenioso juego humorístico de las palabras una mayor ingenuidad en las historias musicales (bossanova, tango, zarzuela, mariachi mejicano) y con una carga de poesía vital y menos carga crítica y social que Les Luthiers. Casi todas eran historias de amor y desamor, de rivalidades entre pretendientes, de la fatal incomprensión de las mujeres, aunque hubo algunas que nos hablaban de la nostalgia de la patria al regresar, del vampirismo o del secuestro de unas prisioneras en un bergantín. Hubo 8 números : El Teléfono del Amor, Amor a Primera Vista, Una Canción Regia, Serenata Mariachi, El Poeta y el Eco, El Regreso de Carlitos, La Redención del Vampiro y Las majas del Bergantín.  
 

Pero de dónde les viene el nombre de Les Fernets? El fernet es una bebida amarga pero exitosa que pasó del botiquín de los remedios a la barra de los bares. La trajeron los italianos a la Argentina. Es una bebida alcohólica amarga de color oscuro y aroma intenso (con ciertas similitudes con el vermouth), elaborada a partir de varios tipos de hierbas (mirra, rui­barbo, manzanilla, cardamomo y azafrán, entre otras), que son maceradas en alcohol de uva, filtradas y añejadas en toneles de roble El fernet contiene ciertos principios amargos y/o aromáticos a los cuales se les puede atribuir la propiedad de ser estimulantes del apetito, obtenidos a partir de extractos de uno o más vegetales o partes de ellos permitidos”.

Pero Les Fernet's se ajustan más en sus propuestas de teatro humorístico verbal y musical de estilo y raíces ingeniosamente ingenuas y poéticas, no a lo que la bebida del fernet era en sus inicios (una bebida alcohólica y amarga)  sino a lo que es hoy en día: no sólo una bebida de las deno­minadas “digestivas”, sino servida indistintamente como aperitivo antes de una comida, o como digestivo después de la misma, acompañando el café y el café ex­preso y usualmente se bebe combina­da con soda, con agua mineral o mezclada en cócteles. Y esto es el humor musical de Les Fernets, una bebida que deleita nuestro aperitivo antes de una comida o que remata haciendo las delicias de nuestro paladar como digestiva después de una buena comida y acompañano o tras el café. Pura delicia de ingenua musicalidad.

lunes, 19 de noviembre de 2012

"EN LA CASA", obra maestra en la que el CINE enseña a hacer LITERATURA

Basada en una obra teatral El chico de la última fila del genial autor y director teatral español Juan Mayorga, la película En la casa, de François Ozon, se convierte en toda una reflexión sobre el lenguaje cinematográfico y sus poderes. Escapando por completo de cualquier estructura teatral, y utilizando su narración en off, para hacerla desaparecer paulatinamente una vez el espectador está completamente sumergido en la película y fusionando de este modo su relato con la realidad, lo novedoso de este film es que no ilustra un texto literario sino, al revés,  es  la película y su filmación la que nos transmite el texto literario, el proceso del escritor cuando escribe y la conversión de realidad a ficción por el propio deseo del creador literario.

En la Casa nos habla de Germain, un profesor de literatura y frustrado escritor que se encuentra bastante harto ante el inexistente interés de aprendizaje de la Literatura de sus alumnos. Revisando trabajos, pronto encontrará un texto que le fascinará, en el que Claude, un alumno, le narra la visita a la casa burguesa de un compañero de instituto, relato que termina con un “Continuará”. Este relato llevará a Germain a un acercamiento hacia el alumno, mientras que el profesor tratará de enseñarle literatura, el alumno le seguirá contando una historia, que si bien, no tiene nada de peculiar, si tiene cierto componente morboso y voyeurista que acabará convirtiéndolo en una completa obsesión. Germain tiene entre manos una historia que al principio se cree que puede guiar, adopta a Claude como su pupilo, ve en él más que a un hijo (sobre todo a un “hijo literario”), a alguien que puede ser capaz de convertirse en algo que él no fue capaz de hacer. Intentará manejar los hilos de la historia, pero pronto se verá sumergido en ella de una forma personal hasta convertirse el juego en algo peligroso: no sólo Claude se le irá de las manos sino todo el asunto completo.

Lo que empieza siendo una pequeña y divertida sátira sobre el mundo burgués, va virando poco a poco y de manera casi hitchcockiana en un thriller dónde el espectador siempre quiere saber qué ocurrirá a continuación, una intriga continua que se incrementa con la espectacular banda sonora de Phillipe Rombi. Pero al contrario de lo que pasará en La Ventana Indiscreta (película a la que Ozon lanza un guiño en su plano final), aquí no sucede ningún acontecimiento que esclarecer. Lo único que nos mueve es el ansía por saber qué ocurre, por entrar en una casa ajena y conocer el comportamiento de esa familia, de los Rapha. El personaje de Claude, busca así salir de su rutina, la que se anuncia al principio que poco tiene que ver con el mundo en el que acaba de entrar. Pero lo que empieza como un simple acto de observación le lleva a una implicación incapaz de controlar, de repente se convierte en el protagonista de la historia que está contando, se da cuenta del poder que ejerce en los demás, un poder sensual que le hace deseable por todos los que le rodean. Algo que tratará de utilizar a su favor para intentar perversamente desestabilizar a esa familia.
Ozon juega con el espectador y nos hace asistir hipnotizados al relato que nos están contando, al igual que ese profesor y su mujer que leen todos los días lo que cuenta Claude, a una historia de la que siempre estamos deseosos de conocer como sigue, apoyada en la estupenda banda sonora de Philippe Rombi que siempre deja con ansias de querer continuar el relato. Ozon difumina por completo la línea entre ficción y realidad: lo real, lo que pasa,  ¿es lo que el espectador contempla o lo que de verdad quiere creer? Como sucede en la escena del ahorcamiento de Rapha, el hijo único de la familia y compañero de clase de Claude, en la que el profesor Germain se asusta pensando que ha sucedido de verdad porque el chico no ha ido a clase y es sólo que no ha ido a clase a causa de la gripe. La decadencia llega finalmente por dos lados, por el de ese joven que tiene un poder destructor de manera inesperada, y por las ansias del hombre que, por el amor que tiene a la Literatura y a la ficción, siente fascinación por conocer historias, por inmiscuirse en ellas. El voyeurismo nos puede llevar a la obsesión: en la civilización que vivimos ya no basta con mirar por la ventana sino que deseamos entrar en la casa. Y como en la escena final, de los dos protagonistas, profesor Germain y alumno Claude, sentados en un banco mirando las ventanas, entrar ficticiamente en todas las casas, en todos las ventanas de los pisos: penetrar en ellas para saber inventar sobre esas historias reales o más bien intentar hacer realidad lo que el escritor inventa. Lo novedoso de esta película es que nos enseña con lenguaje puramente cinematográfico “cine-cine” el proceso de cómo se enseña a hacer literatura y el amor a la Literatura (con mayúsculas): ese amor por el que el profesor Germain es capaz de perder su trabajo y a su esposa pero renovar junto a su alumno el placer de imaginar historias y de contarlas, propio del oficio de escritor.  Gran Pelicula.

sábado, 10 de noviembre de 2012

EL LADRÓN DE PALABRAS, el éxito del bestseller o la verdad de la literatura como arte.


 

EL LADRÓN DE PALABRAS, un film que plantea iterrogantes del mundo literario y del escritor.

Esta interesante y original película cuenta la historia de un escritor de éxito ya maduro que ante un auditorio con una multitud de fervientes admiradores lee y presenta su nueva novela The window tears (“Lágrimas en la ventana”) en la que narra cómo un joven escritor escribe una novela en la que cuenta cómo un aspirante a escritor, cansado de ver rechazadas sus novelas, halla en un anticuario de París una cartera en donde  encuentra dentro un manuscrito de una novela. Al leerla, descubre que hay una gran novela encerrada en esas páginas (o al menos una novela de éxito). Decide copiarla para impregnarse de sus palabras. Empujado y alentado por su mujer que la ha descubierto en su ordenador y que, fascinada por su contenido, cree que es de su esposo, el joven escritor la deja a leer al director literario de la editorial en que trabaja que, seguro del éxito, la publica. La novela tiene un éxito inmediato y arrollador y se convierte en un auténtico bestseller. Al cabo de unos años el joven escritor se encuentra en un banco de un parque neoyorkino al viejo escritor que había escrito realmente la novela, que le narra lo que en ella sucede y explica que él es el protagonista real de esa novela. Y ello crea  una conciencia de culpa y de usurpación tanto literaria como vital en el protagonista escritor joven. En el fondo,  el robo de la novela no es más que un símbolo de lo que es el eterno dilema de ser un escritor auténtico y artístico o escribir un bestseller, que es lo que vende y lo que tiene éxito y gusta a la gente.
Lo interesante de «El ladrón de palabras» es que se plantea con gran habilidad unas cuantas preguntas pertinentes sobre los secretos de la literatura. ¿El Plagio de la copia, de la imitación o la autenticidad ante todo? ¿El éxito del bestseller o la verdad de la literatura como arte? ¿La confrontación con lo real legitima la obra creativa? ¿Realidad y Ficción pueden tocarse o ser lo mismo? ¿Es cierto el tópico que dice que la literatura nace con la experiencia, que hay que saber de lo que se habla para que las palabras respiren de verdad? Son preguntas que plantea esta película a lo largo de esta novela que son tres historias en una sola.  Pero las tres historias que se nos presentan en el argumento de esta novela son intencionadamente de lo más “convencionales” y “tópicas”, típicas de un bestseller y de lo que el público -no degustador de verdadera literatura – lee.
La fascinación de lo que plantea la película es que salimos del cine sin saber del todo si en el fondo es simplemente la plasmación cinematográfica de la nueva novela (que cuenta otra novela dentro de otra novela) del escritor de éxito maduro (Dennis Quaid) ante un auditorio de entregados admiradores o si realmente lo que cuenta ese escritor maduro ante su auditorio le ha sucedido realmente a él cuando era un joven aspirante a  escritor (Bradley Cooper)  y ha plagiado en realidad ese manuscrito al anciano escritor interpretado por Jeremy Irons. Una inteligente y original película aunque falta quizá de artisticidad con la excepción de la estupenda banda sonora de Marcelo Zarvos.

viernes, 9 de noviembre de 2012

FRÍO (A Sara Morante). Noviembre 2012.

 
Dibujo de Sara MORANTE.
 
 
 
La  belleza  del  FRÍO
reside  en  las  hojas  de  los  árboles.