miércoles, 19 de noviembre de 2014

MI POÉTICA. (del poemario inédito PAISAJISMOS, de Carlos d'Ors). 2014.

MI    P-O-É-T-I-C-A

NI MI MUSA ES TAN APÁTICA
NI MI ALMA TAN POCO ÉTICA 
QUE CON SU POCO DE GRAMÁTICA 
Y SU MUCHO DE PURA ESTÉTICA
 HACEN MI POÉTICA. 

LOS EXPERIMENTOS CON GASEOSA (De la Anécdota a la Categoría en Eugenio d'Ors)


Se cuenta que Eugenio d'Ors asistía a una fiesta en donde uno de los invitados estaba intentando demostrar su habilidad para hacer una torre de copas de champagne y escanciarlo desde lo alto para que, cayendo en cascada, llenar todas las copas sin derramar ni una gota. 

Cuando el malabarista agarró un botellón 
Magnum de Champagne de la Veuve Cliquot
Eugenio d'Ors lo cogió por la muñeca y, solemne, le dijo:


-"Amigo, los experimentos con gaseosa."

sábado, 15 de noviembre de 2014

NOVIEMBRE (HAIKU). Noviembre 2014. (a Ricardo Fernández Moyano)



El mismo viento. 
Hojas caídas, siempre. 
Mes de Noviembre.

                                          Carlos d'Ors. 
                                                                    noviembre de 2014. 

miércoles, 12 de noviembre de 2014

NIEVE (Poema del libro inédito "PAISAJISMOS"). 2014.

NIEVE



He venido a buscarte,
Nieve,
para recuperarte
pues te tenía olvidada.
Tú que te habías ido
cuando eras nuestra amada...

Necesitamos tenerte para encontrar
toda la extensión de tu alma
y llegar a la sabiduría de tus abrazos:
alegría de los niños
que juegan con tus bolas blancas,
ilusión de muñecos de nieve
que parece que nos hablan,
vehemente veloz deslizamiento
de esquiadores sobre tus lechos albos...

Desciende, pues,del cielo en la noche callada,
cadenciosa y gélida gruesa llovizna inmaculada
y amanece cual llanuras de  sábanas blancas
al abandonar nuestras durmientes almohadas...

Todavía queda en mi retina 
el relumbrar de tu suave brillo inmaculado.
Nieve, azucarada, tú que nos traías
el aleluya del invierno sagrado...



miércoles, 5 de noviembre de 2014

YO, MARINERO (Homenaje a Alberti) . Noviembre 2014.

YO, MARINERO (Homenaje a Alberti) . 
Dibujo de Carlos d'Ors. 

Yo, marinero, confuso, perdido en montes de cristal                               
y el eco de las nubes, repetido. Cansado y tembloroso                                     
en mi fatiga me entrego al reposo sobre la arena fina,                            
cantando una canción que se la lleva, rauda, el viento.                                       
Los rayos del sol doran mi cráneo y me tumbo en la playa, 
desnuda y desierta, besando la arena, el mar calla                                                   
y me dejo abrasar por la calentura.                                                                  

Acude la espuma a la roca, dulces querellas el mar murmura. 
Desnudo en el agua quedo reclamando la onda espumosa,                                  
y la luz del horizonte al fondo del crepúsculo grana                                               cuando  el esplendor de la inmensidad luminosa                                                 sobre las inciertas sombras de la oscuridad mana.
Sigo atento en las tinieblas en donde ya pacen las estrellas.                             
Tiro una piedra a una estrella y canto con voz de animal tenebroso    
mientras contemplo la belleza de lo rocoso                                                        proyectada en el agua que ruge.                                                                                    

Mido la espesura de la tiniebla fría;                                                                  
el viento silba, la mar brama, la arboleda cruje.
Se oye allá a lo lejos el ladrido de un can viejo,                                           
mientras entre los olivos y los pinos                                                            
ocultan los pájaros sus trinos.                                                  
Veo la huella del tiempo y de mi paso sobre la arena.                       
Luego, el canto de la sirena se escucha en el umbral del ocaso.

Oh, mar, el naciente viento chupa la fragancia de tu salinidad                           
y corro a sumergirme en tus ondas vivientes.                                                     
Las olas resurgen y despiertan a las rocas.                                                   
Páginas de aguas intranquilas que emerge el aire,                                   
en vuestras páginas húmedas me sumerjo,                                              
 ondas que son ídolos del sol, tumultos del silencio.

Carlos  d’Ors.
Leído el 7 de noviembre en la Biblioteca Pública Rafael Alberti de Madrid
en el "Homenaje a Alberti" , tributado por 20 poetas. 



sábado, 1 de noviembre de 2014

DE LA RAULITO A RELATOS SALVAJES: el cine argentino vuelve por sus fueros salvajes.

En "LA RAULITO", Lautaro Murúa elaboraba una crónica sobre las experiencias de una mujer (que se viste de hombre para sobrevivir) apresada en centros de reclusión. La película relataba un caso real de una hincha del club de fútbol Boca Juniors de Buenos Aires, querida por la barra del club, de nombre María Esther Duffau.
La Raulito, magistralmente protagonizada por Marilina Ross y toda su verborrea, era una niña de la calle, en Buenos Aires, que adoptaba la identidad de un varón para sobrevivir. El film tomaba un momento de su vida, ya adolescente, deambulando entre el reformatorio para delincuentes juveniles, la cárcel y el hospital neuropsiquiátrico.
El tono inicial de la película era efectista y sensacionalista con las pérfidas guardianas, los mugrientos espacios de la cárcel, las inspecciones nocturnas en el dormitorio, pero, al mismo tiempo, era de un tono sensible al denotar el desamparo y la falta de afecto que siente la protagonista. La rebeldía de la Raulito era contra el maltrato que le infringe la vida: la cámara describía detenidamente instantes de miseria y abandono, entre sus idas y venidas a prisión, con fragmentos en el deambular por las calles mientras suena la música de armónica de Roberto Lar



La pretensión de la película "RELATOS SALVAJES" de Damián Szifrón es subrayar los monstruos que genera el "sueño de la razón” goyesco y la sentencia roussoniana de que “el hombre es un lobo para el hombre”. El film está dividido en seis cortos o episodios sobre el tema de la venganza. Una película que, a modo, de una comida, tiene seis platos.Pasternak”, viene a ser como el aperitivo en el que se nos presenta como introducción a la película y antes de los títulos de crédito, un sketch realmente hilarante y con una venganza macabramente preparada, nos muestra como a veces las coincidencias no lo son tanto.  De segundo plato tenemos “Las Ratas”, una historia de venganza cargada de mala leche y bastante sangre, y que como reza el dicho "la venganza es un plato que se sirve frío". El tercer plato,  "El más fuerte", (curiosamente así se titula) refleja la lucha de poder, y es, como su título indica, el más fuerte, un plato de carne cruda y  asada que narra la disputa entre dos conductores que se descontrola y acaba en una pelea épica y en un plato que se pasa de fuego y violencia y acaba literalmente quemándose. El cuarto episodio de Relatos Salvajes es “Bombita”, protagonizado por Ricardo Darín, una venganza contra la injusticia social y administrativa que sufre su protagonista, indignado contra un sistema burocratizado e insensible, destacando el papelazo que se marca Darín. Es como un pescado con salsa pero que tiene espinas que pueden hacernos sangrar. El penúltimo plato se titula “La propuesta”, y es el más crítico e irónico de los episodios y que nos muestra la corrupción y la ambición del dinero de sus protagonistas, un plato sutil pero que nos puede sentar mal si abusamos de él, con un desenlace sublime. Por último, el episodio “Hasta que la muerte nos separe”, es a modo de un postre barroco y empalagoso que se acaba atragantando a sus protagonistas, y que nos lleva hasta una boda, que acaba como “el rosario de la aurora” en la violencia de un Eros liberador y catártico con los novios después de untarse de tarta hacer el amor de un modo salvaje en la sala delante de los invitados de la boda; a destacar de este último sketch la pelea de “gatas”, entre la novia y la suegra. Vemos cómo la película empieza con un Tánatos destructor y termina con un Eros generador.  

Vemos pues, un juego de distintos aspectos en donde estalla la violencia: La indignación del hombre común frente a un sistema burocrático e insensible, la corrupción generalizada, la mentira y la codicia son los ejes principales de este tratado moral provocativo y perturbador, atravesado por un humor negrísimo, que puede alcanzar dosis   muy altas de crueldad y violencia (como en el episodio de la pelea de los dos conductores) hasta dosis  extremas que les llevan hasta la autodestrucción y a la  inmolación. Animales humanos acorralados, domesticados para vivir en sociedad pero que no podrán ocultar por mucho tiempo el impulso de un instinto latente que los conducirá hacia una violencia sin posible marcha atrás. Szifrón no predica una misantropía desencantada sino que siempre expone a sus protagonistas en su condición más miserable pero también en su lado grotesco como corresponde a una comedia negra. Cine catártico en tanto busca desatar emociones básicas, ofrece escapismo en su estado más puro y alguna que otra crítica social que acaba remitiendo en la violencia. Uno de los grandes aciertos de la película es el tono grotesco casi esperpéntico para exhibir el rostro obscenamente salvaje de la realidad. Formalmente sobresale la precisión del montaje y el gran trabajo de la cámara y de los enfoques, el nivel de las interpretaciones, absolutamente impagables, y una extraordinaria banda sonora de Gustavo Santaolalla que refuerza las situaciones y los clímax violentos de forma magistral. Obra maestra.