viernes, 22 de junio de 2012

EL PRÍNCIPE AZUL. A Loretti Rojas Ciscutti.

                                         En el cristal ahumado y borroso por el vaho
                                             de la ventana de cualquier café,
                                               puede estar tu príncipe azul,
                                                              mirándote.

martes, 19 de junio de 2012

¿PERO QUIÉN ES JORGE GONZÁLEZ?





Jorge González es un genial dibujante argentino, novelista gráfico e historietista  y publicista. Reside desde  años en España. Fue en Madrid donde comenzó su labor de  dibujante con “Hard Story” y “Hate Jazz” (Heavy Metal), ambas con guión de Horacio Altuna. Desde hace años también se dedica a la publicidad realizando ilustraciones y storyboard. Con “Fueye” (2008), Jorge González ganó el Primer Premio Internacional de Novela Gráfica creado por Fnac y Ediciones Sins entido.

Soy un admirador y seguidor de Jorge González y de sus apasionantes historias gráficas. ¿Por qué? Porque es un artista total que reúne en sus libros de dibujos e ilustraciones en las historias que nos cuenta las cualidades pictóricas y expresivas propias del pintor, el dibujo libre y desenfadado pero que nos ilustra e ilumina, característicos  del ilustrador, y, en fin, el grafismo viñetista y documental que cuenta historias, específicos del autor de cómics y novelas gráficas. El valor de sus dibujos no es sólo por su expresividad y pictoricismo, sino por el carácter narrativo que el artista les confiere. Son imágenes que valen por sí mismas pero, al mismo tiempo, se entienden no sólo para ser vistas sino para ser leídas con independencia del texto que, a veces las acompaña. Diríamos como si las imágenes “hablaran” y como si no fuera necesario el texto. Sus dibujos e ilustraciones adquieren así  un doble valor trascendente: plástico y literario. Sus últimos libros “Dear Patagonia”, “Retour au Kossovo”, y  El gran surubí”, nos confirman y reafirman  este carácter de trascendencia y universalidad manifestados ya en Hard Story y en Hate Jazz  y plasmados plenamente en el genial Fueye. El ritmo de las imágenes es casi cinematográfico, y, siendo claras en su expresividad comunicativa, son, al mismo tiempo, abocetadas, empleando el recurso de la sobre-posición, esto es,  rostros debajo o sobre otros rostros, manos debajo o sobre otras manos, como si estuviese dibujando a la vez el pasado y el presente, que sólo puede mirar hacia atrás mediante capas superpuestas y transparentes. Lo genial de Jorge González es que muy pocas veces nos encontramos – como sucede en su caso- con autores de novela gráfica que nos inspiren la misma sensación de trascendencia y universalidad que podemos encontrar en la alta literatura o  en la buena pintura.