lunes, 8 de febrero de 2010

¿Porqué nos gusta tanto nuestro apellido "d’Ors" con la “d” minúscula, el apóstrofe y la O mayúscula?


¿Porqué estamos tan orgullosos del apellido d’Ors con la “d” minúscula, el apóstrofe y la O mayúscula?

A la familia d’Ors nos interesa resaltar e insistir orgullosamente en esa “d” minúscula de nuestro apellido no tanto por su carácter metafísico, como decía uno de mis primos , Miguel d’Ors Lois, de un modo sarcástico o irónico, sino porque creemos - como muy atinadamente dice mi hermano escritor Pablo d'Ors- que refleja mucho el carácter de nuestro abuelo, que era un hombre que intentaba darle a todo la categoría de símbolo, siguiendo a Goethe cuando escribía: “Cuán simbólica es nuestra existencia.” Eugenio d’Ors era un hombre que pensaba que España pertenecía a Europa; por tanto quería remarcar bien que España era la frontera entre Europa y África, pero que en modo alguno era africana, o sea, que nosotros tendíamos al Mediterráneo como modelo y esencia de nuestro ser de romanos y, por tanto, pertenecíamos a Europa. Además d’Ors vivió en París como corresponsal durante algún tiempo.

Como muy bien advierte mi hermano Mauricio, la cuestión y el origen del apellido nuestro fue principalmente seguramente por una razón de eufonía estética; a saber, por no hacer confrontar seguidas la o final de Eugenio con la O del apellido Ors. La razón de la elección del apellido d'Ors pudiese ser también además de la admiración que mi abuelo profesaba por el gran novelista, poeta y dramaturgo italiano Gabriele D'Annunzio, que la “d”minúscula fuese un modo de afrancesar el apellido, y de darle también una especie como de sonoridad aristocrática, o de carácter de nobleza. Eugenio d’Ors hablaba en algunas glosas también sobre nuestro árbol genealógico familiar. Y cómo Ors viene de oso, un animal poderoso pero al mismo tiempo entrañable. En fin, nuestro abuelo hacía de todo una filosofía. Intentaba esculpir su personalidad, y dentro de este hacer una escultura de su vida, estaba también trabajarse el apellido.

Sin embargo este apellidarse d’Ors como seudónimo, que luego el propio Eugenio d’Ors y toda la familia lo hemos adquirido como apellido, no tuvo inmediata aceptación. Así escribe Guillermo de Torre en Las manías de los escritores :

¿Pero qué más le importará a Ors -preguntábame cierto día un amigo-, que la d apostrofada de su apellido se escriba con d minúscula o D mayúscula? Tan caprichosa es una cosa como la otra. Pues bien: he ahí la primera manía de Ors. La del apóstrofo con la d minúscula. Grafía catalana que posee una inevitable reminiscencia irlandesa. Aplicación de un paralelismo nacionalista, cuya significación en 1906, cuando Ors empezó a escribir, a eliminar, a sintetizar, quizá no fuese todavía previsible, pero que después se ha utilizado incluso políticamente.

Toda la familia d’Ors hemos tenido ciertas dificultades ortográficas (el anglicismo Doors, por ejemplo) y semánticas con nuestro apellido. Pero especialmente es en mi padre médico, Dr. Juan Pablo d’Ors Pérez, segundo hijo de Eugenio d’Ors, en el que posiblemente el apellido d’Ors haya adquirido mayores dificultades a lo largo de su vida. Así por ejemplo, cuando vivía en la calle Jorge Juan de Madrid recibió una carta que decía: “Señor Don Jorge Juan, calle Juan Pablo Dos, nº 37. Pero mucho más curioso fue cuando recibió una carta de un soldado que había estado hospitalizado en su Servicio de Medicina Interna del Hospital Militar Gómez Ulla de Madrid, que decía: “Juan Pablo 002, Hospital Gómez Ulla, Médico (Madrid).” Pero el colmo de los colmos fue cuando mi padre llamó por teléfono a unos amigos de Alicante y les dijo: “Dígale a los señores cuando vengan que ha llamado Juan Pablo d’Ors.” Al llegar por la noche los señores llamaron a mi padre y le dijeron que la asistenta les dijo con estas palabras textuales: “Ha llamado esta tarde Juan Pablo II”. Por aquel entonces Juan Pablo II ya era papa.

4 comentarios:

  1. te olvidas de que también fue para evitar el encuentro entre la "o" de eugenio y la "o" de ors
    quizá también la influencia de d'annunzio
    saludors

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  2. Curiosa entrada. He sido alumna de Miguel d'Ors en la Universidad de Granada. El primer día de clase nos mostró cómo debíamos escribir correctamente su apellido, con la d minúscula. Gran profesor, por cierto.

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  3. He aquí la oveja negra de la familia :)
    Yo lo escribo siempre con mayúscula, y a veces hasta sin apóstrofe, por puros fines prácticos.

    En primero de carrera, la organización por asignaturas y grupos de prácticas (muy numerosas, por cierto)se hacía según la inicial del apellido. Yo escribí "d'Ors" en todas mis fichas, con el resultado de que en algunas asignaturas me colocaron en la "d" (turno de mañana) mientras que en otras lo hicieron en la "o" (turno de tarde). La burocracia que tuve que hacer que duró casi 3 meses, durante los cuales me coincidieron unas asignaturas con otras, y perdei practicas, hizo que al año siguiente decidiera poner en todas las fichas "dors", y evitarme muchos problemas.
    Ya terminada la carrera, y su burocracia :) el apóstrofe volvió a mi apellido, pero al empezar a publicar yo, y tener una familia tan abundantemente prolífica en publicaciones, decidí escribirlo siempre "D'ors", como forma de distinguirme.
    Hala, ya puede comenzar el linchamiento familiar :P

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  4. Este comentario llega tarde, pero ahí va. El próximo miércoles 19 de Febrero, recibimos en mi Instituto de Plasencia, al Poeta Miguel D´Ors (así lo escriben en los cuadernillos que lo anuncian), algunos compañeros queriéndome ayudar en mi presentación me enviaban una entrevista que había hecho Isabel Gemio a Pablo D´Ors en la radio, para que yo la escuchara. El equívoco entre tanto artista, escritores, poetas, familiares está servido.

    Por cierto guardo un gratísimo recuerdo de esa casa en la calle Jorge Juan, a la que fuimos a recoger un día siendo estudiantes, mi hermana y yo un cuadro, que ¿su padre? había donado para una subasta de "Médicos Mundi" o "Médicos sin frontera"-no recuerdo bien-, pues mi hermana era estudiante de enfermería en la Fundación Jiménez Díaz y estaba a cargo de la subasta.

    La casa me pareció preciosa y sus habitantes amables y cariñosos, solo tenía 18 años y acababa de empezar a estudiar Filología en la Autónoma, era el año 1976.
    Reciban mi saludo, Ana Reviriego

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