miércoles, 2 de noviembre de 2011

CARLOS SAENZ DE TEJADA triunfa en la pasarela del MUSEO ABC.


El París de los años treinta y la elegancia de la moda es lo que Carlos Sáenz de Tejada dibuja y protagoniza con espléndido “glamour” y refinada elegancia en los más de trescientos dibujos que se exponen en la pasarela de la gran exposición con la que el Museo ABC de Dibujo e Ilustración celebra su primer aniversario: un fascinante recorrido por el lujo, la elegancia y la sofisticación del exquisito trabajo de este corresponsal del dibujo gráfico.
La mujer que encuentra Sáenz de Tejada en París tiene mucho de femme fatale. Fuma, hace deporte, va a cócteles y a fiestas, sus faldas se acortan, su melena también... Desaparecen las curvas. Triunfa la androginia y la esbeltez. Es una nueva mujer delgada y estilizada que reivindica su papel más allá de fiel y abnegada esposa y madre. Pero el crack del 29 oscurece ese París multicolor. Con los treinta nace una nueva femineidad. La mujer se apodera del pantalón, no falta en su armario el little black dress (el socorrido vestido negro), vuelven a alargarse las faldas, la cintura recupera su sitio, se ensanchan los hombros, se estrechan las caderas y se destapa la espalda, bronceada gracias a los nuevos trajes de baño y nuevo icono erótico. La moda se democratiza y con ello la seda deja espacio al raso. Lo sintético entra en nuestras vidas.
Y en los salones de moda más selectos de París es habitual la presencia de Carlos Sáenz de Tejada. Es uno de los nombres propios más destacados de la Colección ABC: atesora entre sus fondos más de 900 dibujos, de los que 775 son de moda. Una selección de tres centenares de ellos, además de piezas que generosamente ha cedido en depósito al Museo ABC la familia Sáenz de Tejada. A partir de 1931, sus diseños ilustraron semanalmente las páginas de ABC y Blanco y Negro, que daban buena cuenta de las novedades de los talleres de costura parisinos. Pero también colaboraba en importantes revistas internacionales como «Vogue», «Jardin des Modes», «Femina», «Harper's Bazaar», «Ladie's Home Journal»...
Por sus páginas desfilan las sosies (antecedentes de las actuales top models): mujeres lánguidas, altas, estilizadísimas (¿una talla 36?), luciendo trajes de Vionnet, Lanvin, Worth, Paquin, Patou, Chanel o Schiaparelli; sombreros de Suzanne Talbot, Le Monnier o Caroline Rebout, y lencería de Lucien Lelong o Cadolle. Muchos años antes de que se hablara del front row(selecta primera fila en los desfiles por la que muchos matarían por estar), Sáenz de Tejada ya era testigo privilegiado en los salones de costura de París. Hace maravillosos dibujos en tinta china, grafito, gouache o acuarela sobre cartulina de las modelos que ha visto desfilando. Pero él quiere contarnos una historia. Para ello las sitúa en magistrales composiciones en las más diversas escenografías: en la playa, en cacerías, haciendo deporte, montando a caballo, en fiestas, acompañadas muchas veces de aristocráticos perros... Su trabajo tiene mucho de cinematográfico.
Hace 80 años, nuestras abuelas vieron estos dibujos en ABC y Blanco y Negro. Ahora vuelven a ver la luz. Es la primera vez que se exponen estos originales. Llama la atención su perfecto estado de conservación. Viéndolos de cerca se aprecia lo minucioso que era en su trabajo: cada detalle, cada adorno, cada minuciosa y sutil pincelada. Muchos de estos dibujos —distribuidos entre paredes, vitrinas y tableros azules (a lo tableros de costura) sobre caballetes— tienen anotaciones del propio Sáenz de Tejada. Junto a algunos, en blanco y negro, vemos pruebas de color que él mandaba a las publicaciones para que se colorearan en imprenta. Y, como en todo desfile que se precie, pone la guinda la novia. Se cierra esta espléndida exposición con una selección de vestidos de novia.

Fascinante exposición que es obligatorio ver para dibujantes e ilustradores, para todas las mujeres y para los amantes de la moda, y que reivindica a uno de los mejores dibujantes del siglo XX.

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