domingo, 21 de octubre de 2012

"ENÉSIMA HOJA", un Violín de 34 Cuerdas Poéticas…


ENÉSIMA HOJA, una Antología de  34 Mujeres Poetas.

Foto: El próximo viernes 19 de octubre será la presentación de ENÉSIMA HOJA, en la Biblioteca Histórica "Marqués de Valdecilla", Calle Noviciado, 3. A las siete en punto de la tarde. Os esperamos.

Más de doscientas personas (incluidos algunos niños) abarrotaban el Salón de Actos de la Biblioteca Marqués de Valdecilla en la calle Noviciado de Madrid para asistir expectantes a la presentación de la Antología poética ENÉSIMA HOJA de 34 Mujeres Poetas , editadas por Alicia Arés y publicada por Cuadernos del Laberinto .

El acto discurrió con mucha amenidad y fue presentado por Miguel Ángel de Rus que hizo una presentación humorística y pretendidamente misógina de esta antología de Mujeres Poetas que tuvo sus riesgos al no ser comprendido por todas las mujeres asistentes. Con muy buena voluntad aunque algo de atropello por la premura del tiempo, Alicia Arés se encargó de presentar y leer los currículos de las mujeres poetas de la antología y cada una de ellas leyó (la mayoría con gracia y arte) uno o dos de sus poemas. La Antología es, en mi opinión, en conjunto de bastante dignidad en su calidad poética aunque destacaron claramente en mi sentir un puñado de poemas. Por orden de intervención señalaré el poema del Mercado vacío de Nablús de Montserrat Cano, con sus tiendas cerradas y sus puestos vacíos y la ausencia de aromas, colores y voces; el poema Sin Palabras, de Ana Montojo,  en que se expresa la incomprensión en las relaciones amorosas; Gran Vía del Dolor, de Ángela Martín del Burgo, en el que se narra el contraste de gentes, ricas y pobres, orgullosas y humildes, que pululan por esa populosa Gran Vía, y las diferencias de lo que expresan esos rostros con los que la poeta se cruza; Nosotras nunca estuvimos allí, de María Antonia García de León, sobre la crueldad y la locura de las guerras en Oriente Próximo y Oriente Medio en donde se olvida la vida y se dice adiós a la paz; un bello poema dedicado a El Agua, esa palabra tan sencilla, tan decible y tan cotidiana, o Los Autobuses de madrugada, ambos de esa delicada poeta que es María José Cortés; un bello poema, como todos los suyos,  Para Adán, de una de las más grandes poetas de nuestros días que es María Sangüesa, acerca de la culpa del indigno y bobo Adán y de la misoginia del hombre hacia la mujer; un bellísimo poema de amor apasionado y del reino del adulterio, Las Crines del cielo, de la siempre bohemia y fascinante Pilar Mata Solano, y, para concluir, un impresionante poema Matías, lleno de dolor y de rabia acerca del fusilamiento del abuelo de la poeta Ana María Cuervo de los Santos, arrojado a una fosa sin memoria, quizá el momento más doloroso y emocionado de la noche. Pero los dos minutos de gloria poética fueron, en mi sentir, para la bellísima poeta colombiana Maryori Vivas, que viajó 8.000 kilómetros desde su Colombia natal para leer su Cuerdas reventadas, las cuerdas rotas y que le faltan a un violín abandonado en un desván al que finalmente le llegan las cuerdas nuevas y puede tocar hermosas melodías y esa bella comparación que hace con los seres humanos a los que a veces se dejan abandonados en desvanes olvidados porque les faltan las cuerdas… Emocionante.

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