domingo, 3 de enero de 2010

EL PARAÍSO PERDIDO DE LA INFANCIA.

Es muy cierto lo que se dice de que el abrigo de la Infancia crea con los años, por contraste, la sensación de intemperie y de inseguridad.

Yo soy el del triciclo a la edad de tres años, el 6 de enero de 1954, día de Reyes, con mis hermanos Alfonso, el de la cama, Mauricio, el de la bici, y Esperanza con sus muñecas en nuestra casa de la calle Quintana, 23 , 1º dcha de Madrid.

La vida se convierte en una nostalgia de la dulzura perdida, de la felicidad robada.
De la Primera Infancia me ha sido imposible retener recuerdos precisos y concretos... Eso aumenta probablemente el encanto de la época de la Infancia como Paraíso Perdido.




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